Torre Médica Naos Plaza, 3er piso. Esquina noreste del Hospital nuevo de Heredia
La catarata es una condición incapacitante, con pérdida progresiva de la calidad visual que puede llegar incluso a la ceguera. Se produce por opacificación del lente natural que contiene el ojo, llamado cristalino. En la mayor parte de los casos es una condición asociada al envejecimiento. También se puede ver en los niños (congénita), o en adultos jóvenes, generalmente producida por enfermedades metabólicas como la diabetes. No debe confundirse con el pterigión, que es una lesión triangular, en forma de “telita” que se produce en la superficie del ojo, y que va de la parte blanca del ojo e invade la córnea. Este último puede producir ojo rojo, y cuando crece mucho, disminución de la visión.
El tratamiento de la catarata es quirúrgico. Los anteojos en un inicio pueden mejorar parcialmente la visión, sin embargo en el mediano plazo es necesario reemplazar el cristalino opaco por una prótesis plástica especial que se coloca dentro del ojo, con el fin de recuperar la visión perdida. No existen gotas, pastillas, o inyecciones. No hay tratamiento médico efectivo para resolver esta condición.
Sin dejar de lado la habilidad y la técnica del cirujano, hay otros factores que hacen la diferencia en cirugía de catarata. Actualmente estamos realizando cirugía de catarata con la última tecnología en equipos quirúrgicos e insumos, lo que nos permite ofrecer excelentes resultados en el 98% o 99% de los casos, con una alta satisfacción de nuestros pacientes. Contamos con lentes intraoculares asféricos, tóricos (para corregir también astigmatismo) y multifocales (para ver de lejos y de cerca) de última generación. Así como sistemas de biometría de inmersión para el cálculo preciso del poder del lente y de microscopía especular que optimizan los rangos de seguridad y los resultados de la cirugía.
El queratocono es una enfermedad progresiva e incapacitante, que puede llevar a la pérdida severa de la visión. Esta degeneración afecta a la córnea, esta es el área del ojo transparente y redonda que tenemos delante del iris (parte de color del ojo), y que funciona como el principal lente del ojo, y es necesario para el enfoque adecuado de las imágenes. Como decíamos la córnea tiene forma redondeada, en esta enfermedad pierde la esfericidad y se torna cónica (en forma de cono), lo que le da el nombre a la enfermedad. Esta deformación genera alta miopía y astigmatismo irregular, lo que produce la mala visión que experimentan las personas afectadas.
Hasta hace poco, el único tratamiento que se conocía para el queratocono eran los lentes de contacto duros, y si el caso era grave, entonces un trasplante de córnea. Sin embargo nuevos adelantos nos permiten ofrecerle opciones efectivas y menos agresivas para mejorar la capacidad visual de estos pacientes.
El crosslinking corneal es un tratamiento que se realiza con luz ultravioleta y vitaminas especiales que ayuda a aumentar la resistencia de la córnea a la deformación, y retrasa o evita del todo el avance de la enfermedad, en algunos casos inclusive hasta mejora la calidad de la visión.
Los segmentos corneales INTACS, únicos en el país aprobados por la FDA de los Estados Unidos, son fragmentos de plástico especialmente diseñados para ser introducidos en profundidad en la córnea. Su efecto es regularizar la superficie, disminuyendo la magnitud del cono, y mejorando la calidad de la visión. Su eficacia ha sido ampliamente probada en estudios clínicos en todo el mundo, y la experiencia en nuestro país ha sido muy satisfactoria tanto para nuestros pacientes cuanto para los cirujanos que los colocamos.
Son defectos del enfoque del ojo, que pueden ser causados por cambios en el tamaño normal del ojo o por alteraciones de la forma de los lentes naturales del ojo, como la córnea o el cristalino. Estos defectos pueden aparecer solos o combinados, y provocan mala visión, que debe ser corregida con lentes de contacto o anteojos para que la persona que los padece tenga una calidad de vida adecuada.
En la mayoría de los casos es posible ofrecerles una opción quirúrgica a los pacientes que portan miopía, hipermetropía o astigmatismo. El tipo de cirugía depende de la magnitud del defecto y de las características propias del ojo de la persona. Para definir cuál es la mejor opción es necesario realizar diversos estudios que incluyen un examen completo del ojo, una refracción (medida del defecto), y una topografía corneal (para verificar el espesor y la forma de la córnea). Basado en estos datos el oftalmólogo propone la opción que mejor se ajusta a las características del paciente y que le dará los mejores resultados.
Esta es una enfermedad del nervio del ojo, que entre otros factores, es producida por presión alta dentro del ojo. Afecta más o menos al 1% de la población, y se presenta usualmente después de los 40 o 50 años. Existen formas juveniles e infantiles, sin embargo se ven menos frecuentemente.
Requiere de tratamiento desde el momento de su diagnóstico pues tiene potencial de producir ceguera permanente y no existe actualmente una cura conocida.
El tratamiento médico del glaucoma consiste en gotas que se utilizan de manera persistente y continuada en el tiempo. Estas consiguen bajar la presión del ojo a niveles que permiten que la enfermedad no progrese más. Desgraciadamente el daño existente en el momento del inicio del tratamiento no es reversible.
En casos en que no se responde bien a las gotas, es posible realizar cirugías que cambian la dinámica de los fluidos dentro del ojo, y resultan en disminución de la presión. A veces se requieren implantes de aparatos que mejoran la filtración del líquido intraocular (válvulas), para conseguir resultados efectivos.
Es recomendable un examen oftalmológico completo cada año, a pesar de estar sin molestias. Algunas enfermedades como el glaucoma no presentan síntomas hasta que ya se encuentran avanzadas y la pérdida visual es definitiva. Si en la familia existen personas con ceguera o muy mala visión los controles deben ser inclusive más cercanos.
Tengo cerca de 40 años y me cuesta leer y ver los detalles a corta distancia, ¿qué sucede?
Alrededor de los 40 años se presenta una condición llamada presbicia. Consiste en una dificultad progresiva para ver de cerca, que se produce por el endurecimiento del cristalino y la pérdida de su capacidad de cambiar de forma para enfocar en la corta distancia. Es una condición fisiológica normal asociada al envejecimiento del ojo, no es una enfermedad propiamente dicha.
Actualmente poseemos tratamientos para la presbicia que la abordan desde diversos enfoques. Lo más sencillo son los anteojos bifocales o los progresivos, que brindan el aumento extra necesario para que podamos ver de cerca. Existen lentes de contacto que funcionan también como anteojos bifocales para la corrección de este problema.
La cirugía nos provee de opciones que si bien no son perfectas, son muy efectivas en la corrección de este problema. El láser y los lentes intraoculares multifocales son los tratamientos disponibles más utilizados actualmente. Luego de una completa evaluación estaremos en capacidad de ofrecerle la opción que mejor se adapte a sus necesidades.
La diabetes y la hipertensión arterial son enfermedades crónicas que producen daños a nivel de la vasculatura (venas y arterias) de la retina del ojo y pueden llevar a pérdida de la visión. La pérdida se puede prevenir con tratamiento en los casos en que es detectada a tiempo. Se recomienda que estos pacientes se realicen un control ocular completo cada año con su oftalmólogo.
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